La mediocridad es excelente en los ojos de los mediocres.
Lo que nunca deseo, ni siquiera en los peores momentos, es un estado intermedio entre lo bueno y malo, una especie de término medio tibio y soportable. No, preferible exagerar el arco -mejor un martirio aún peor y en compensación los momentos felices tanto más esplendorosos.
Frente a la muchedumbre, los mediocres son los más elocuentes.
La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.
Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance.
Un filósofo es un tipo que sube a una cumbre en busca del sol; encuentra niebla, desciende y explica el magnífico espectáculo que ha visto.
Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida.
La gente te pide críticas, pero en realidad sólo quiere halagos.
La tradición es un guía, no un carcelero.
La lectura no da al hombre sabiduría; le da conocimientos.