En realidad, prefiero la ciencia a la religión. Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire.
La ciencia es respecto del alma lo que es la luz respecto de los ojos, y si las raíces son amargas, los frutos son muy dulces.
El fin de la ciencia especulativa es la verdad, y el fin de la ciencia práctica es la acción.
La ciencia es la estética de la inteligencia.
La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia.
En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre.
¿Qué mayor felicidad hay que la de ser amado y saber que lo merecemos? ¿Qué mayor desgracia que la de ser odiado y saber que lo merecemos?
Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces.
No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados.
El hombre prudente no está dispuesto a someterse a ninguna responsabilidad que su deber no le imponga.