Todo aquel que se casa es como el Dax de Venecia, que se desposa con el mar Adriático. No sabe qué es lo que se oculta en su desposada: tesoros, perlas, monstruos, tempestades ignotas.
La sentencia más razonable que jamás se haya pronunciado sobre la cuestión del celibato y del matrimonio, es ésta: sea cual fuese el partido que tomares, te arrepentirás de haberlo tomado.
El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista.
El matrimonio es una carga tan pesada que para llevarla hace falta ser dos, y a menudo tres.
Ten tus ojos bien abiertos antes del matrimonio; y medio cerrados después de él.
Más importa dar a los hombres buenas costumbres que leyes y tribunales.
El mayor peligro de los gobiernos es querer gobernar demasiado.
Los privilegios acabarán, pero el pueblo es eterno.
Las acciones pueden ser atroces, y las intenciones puras.
El gobierno no se ha hecho para la comodidad y el placer de los que gobiernan.