El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va.
Las más de las veces el miedo a la locura no es otra cosa que miedo a la vida, a las exigencias de nuestro desarrollo y de nuestros instintos. Entre la ingenua vida de los instintos y aquello que conscientemente quisiéramos y pretendemos ser hay un abismo, un abismo que no se puede salvar, pero por encima del cual sí se puede saltar una y otra vez, cien veces; cada vez hace falta ánimo, y antes del salto nos acomete cierto miedo.
En cualquier momento de decisión, lo mejor que puedes hacer es lo correcto, lo segundo mejor lo equivocado, y lo peor que puedes hacer es nada.
Da tu decisión, nunca tus razones; tu decisión puede ser correcta, tus razones seguro que son erróneas.
Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.
He buscado la felicidad en todas partes, pero no la encontrado más que en un rincón, con un libro.
He buscado el sosiego en todas partes, y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos.
El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia Dios que el camino de la ciencia.
Si todos los años extirparamos un solo vicio, pronto llegaríamos a ser hombres perfectos.
La costumbre con la costumbre se vence.