El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.
¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.
El hombre padece pocos males, si se esceptuan los que él mismo se atrae por el abuso de sus facultades.
Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar.
El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan sólo el principio pasivo.
Es evidente que existe la verdad. Porque el que niega que existe la verdad, conoce que la verdad existe. Si, pues, no existe la verdad, es verdad que la verdad no existe.
Como individuo, la mujer es un ser endeble y defectuoso.
El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ha comprendido: la verdad.
El ser de las cosas, no su verdad, es la causa de la verdad en el entendimiento.