La ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza.
El esclavo sólo tiene un dueño; el ambicioso, tantos como personas le pueden ser útiles a su fortuna.
Aléjate de aquellas personas que tratan de empequeñecer tus ambiciones. Las personas siempre actúan así. Los realmente grandes te hacen sentir que tú también puedes ser grande.
El ambicioso es un esclavo de lo que desea, el hombre libre es el que no desea nada.
No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas obtener con toda seguridad. Sitúate sólidamente en el puesto que te corresponde. Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable.
Estimule a sus colaboradores y tendrá participación en la compañía
Si usted no confía en sus ayudantes y no deja que sepan lo que está ocurriendo, ellos sentirán que usted no los considera realmente como socios
Divida las ganancias con sus colaboradores, y trátelos como socios. Ellos también lo tratarán como socio, y juntos tendrán un desempeño muy superior a las expectativas
Comunique todo lo que fuese posible a sus colaboradores. Cuanto más sepan ellos, más comprenderán. Cuanto más comprendan, más se interesarán. Cuanto más se interesen… no van a parar
Continúe siendo una empresa y conserve el control, pero compórtese como un líder en una sociedad