No escuchar al que nos habla, no sólo es falta de cortesía, sino también menosprecio. Atiende siempre al que te hable; en el trato social nada hay tan productivo como la limosna de la atención.
Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa.
Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento.
Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.
Algunos oyen con las orejas, algunos con el estómago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto.
Escribe para ti mismo, recogido, asombrado
Creación salvaje, sin límite, pura, surgida de las profundidades, en lo posible, alucinada. Eres un genio, siempre
Las únicas personas que me agradan son las que están locas: locas por vivir, locas por hablar, locas por ser salvadas
Acepta perderlo todo
Si la moderación es una falta, entonces la indiferencia es un crimen