El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.
¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.
El hombre padece pocos males, si se esceptuan los que él mismo se atrae por el abuso de sus facultades.
Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar.
¿Cómo puedes llegar a conocerte a ti mismo? Nunca por la reflexión, sino esforzándote y tratando de cumplir tu deber, sabrás en seguida qué pensar de ti.
Vale más hacer la cosa más insignificante del mundo que estar media hora sin hacer nada.
La máxima infelicidad, como la máxima felicidad, modifica el aspecto de las cosas.
Saber no es suficiente; tenemos que aplicarlo. Tener voluntad no es suficiente: tenemos que implementarla.
El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas.