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La primavera dulce que me enseñara a amarte, la primavera misma que me ayudó a lograrte
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Cuando sobre tu pecho mi alma fue apaciguada, y la dulce criatura, tuya y mía, deseada, yo puse entre tus manos toda mi fantasía
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Sólo el hombre, pequeño, cuyo humano latido en la tierra es un sueño, ¡Sólo el hombre hace ruido!
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¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?
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Porque mi alma es toda fantástica, viajera, y la envuelve una nube de locura ligera cuando la luna nueva sube al cielo azulino