No es lo que vivimos lo que forja nuestro destino, sino lo que sentimos por lo que vivimos.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. No labra uno su destino; lo soporta.
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino. Que cada ocasión sea una gran ocasión, porque no sabéis cuándo el destino os favorecerá.
La más estricta justicia no creo que sea siempre la mejor política.
Todo lo que soy o espero ser se lo debo a la angelical solicitud de mi madre.
Ha sido mi experiencia que gente que no tiene vicios tiene muy pocas virtudes.
Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son.
Mejor es callar y que sospechen de tu poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello.