Entre las cualidades más esenciales del espíritu humano está la confianza en uno mismo y el crear confianza en los demás.
La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.
La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.
Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar.
Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado.
Usar de venganza con el más fuerte es locura, con el igual es peligroso, y con el inferior es vileza.
Nunca se teme bastante al confiar en otro.
El que vive enamorado delira, a menudo se lamenta, siempre suspira, y no habla sino de morir.
Si las íntimas preocupaciones de cada cual se leyeran escritas sobre su frente, !cuántos que causan envidia nos moverían lástima!.
Sin piedad la justicia se torna crueldad. Y la piedad sin justicia, es debilidad.