No es lo que vivimos lo que forja nuestro destino, sino lo que sentimos por lo que vivimos.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. No labra uno su destino; lo soporta.
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino. Que cada ocasión sea una gran ocasión, porque no sabéis cuándo el destino os favorecerá.
¿Dónde empieza la boca? ¿En el beso? ¿En el insulto? ¿En el mordisco? ¿En el grito? ¿En el bostezo? ¿En la sonrisa? ¿En el silbo? ¿En la amenaza? ¿En el gemido? "Que te quede bien claro. Donde acaba tu boca. Ahí empieza la mía.".
No te rindas, por favor no cedas Aunque el frío queme Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños.
Uno no siempre puede hacer lo que quiere... Pero siempre tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.
El perdón es un puñado de sentimientos que a veces nos acaricia cuando el alma llora.
Yo amo, tú amas, el ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino realidad.