La soledad es el imperio de la conciencia.
La soledad es a veces la mejor compañía, de modo que un corto retiro acelera un dulce retorno.
La soledad es el elemento de los grandes talentos.
Una persona puede sentirse sola, aún cuando mucha gente la quiera.
La soledad es necesaria para gozar de nuestro propio corazón y para amar; pero para triunfar en la vida es preciso dar algo de nuestra vida al mayor número posible de gentes.
Cuando nos acordamos de algunas personas que hemos amado no hacemos, a veces, la diferencia entre lo que ellas fueron para nosotros y lo que nosotros habíamos querido que fueran.
Dime lo que lees y te diré quién eres, eso es verdad, pero te conoceré mejor si me dices lo que relees.
La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.
¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción!
"Dime lo que lees y te diré quién eres", es cierto, pero te conoceré mejor si me dices lo que relees.