El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.
¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.
El hombre padece pocos males, si se esceptuan los que él mismo se atrae por el abuso de sus facultades.
Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar.
Se aprende a hablar, hablando. A estudiar, estudiando. A trabajar, trabajando. De igual forma se aprende a amar, amando.
Si os halláis precisado a oponeros al dictamen de otro, hacedlo.
La belleza, para ser agradable, debe ser ignorada.
La ciencia que sirve para hacernos orgullosos y que degenera en pedantería no vale mas que para deshonrarnos.
Es una especie de obediencia muy agradable a los ojos de Dios no desear dispensas sin mucha necesidad.