No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
La razón pura tiene que ceder su imperativo a la razón vital: la vida debe ser vital.
¡Qué triste cosa sería la vida si sólo la razón gobernara nuestras acciones!
Fácil saber quien no tiene la razón, el que ataca en compensación.
La razón humana es una gota de luz en un lago de tinieblas.
Más importa dar a los hombres buenas costumbres que leyes y tribunales.
El mayor peligro de los gobiernos es querer gobernar demasiado.
Los privilegios acabarán, pero el pueblo es eterno.
Las acciones pueden ser atroces, y las intenciones puras.
El gobierno no se ha hecho para la comodidad y el placer de los que gobiernan.