Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por una buena ley.
Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento.
Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna.
Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan.
No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
Sobre todo sé bueno: la bondad, más que ninguna otra cosa, es lo que mejor desarma a los hombres.
Dad de lo poco que tengáis a quienes tienen todavía menos que vosotros
El hombre honrado es el que mide su derecho por su deber
La voluntad es el asiento del poder; de ahí saca el hombre fuerzas para mandar y para obedecer
La verdad se detiene en la inteligencia; la belleza penetra en el corazón