No es lo que vivimos lo que forja nuestro destino, sino lo que sentimos por lo que vivimos.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. No labra uno su destino; lo soporta.
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino. Que cada ocasión sea una gran ocasión, porque no sabéis cuándo el destino os favorecerá.
Un corazón grande se llena con poco.
Estar en compañía no es estar con alguien, sino estar en alguien
Un poco de ingenuidad nunca se aparta de mí. Y es ella la que me protege
Sí, eso es el bien: perdonar el mal. No hay otro bien
Quien perdona todo ha debido perdonarse todo