Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por una buena ley.
Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento.
Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna.
Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan.
No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
El objetivo de la oratoria no solo en la verdad, sino la persuasión
Una buena constitución es infinitamente mejor que el mejor déspota
Hasta tanto que los hombres no hayan permanecido libres durante algún tiempo, no saben cómo deben usar de su libertad