El hombre que pretende obrar guiado exclusivamente por la razón está condenado a obrar muy raramente.
Vale más hacer la cosa más insignificante del mundo que estar media hora sin hacer nada.
Los hombres de acción no tienen vida interior y, por lo mismo, no son desgraciados. Nunca es el acontecimiento exterior contrario lo que hace desgraciados a los hombres, sino el alma en pena que se les mueve dentro, viajera por mares extraños de pensamientos solitarios.
Juzgamos las acciones humanas no por lo que son, sino por el disgusto o el placer que nos causan.
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello que arrepentirse de no haber hecho nada.
Solo esta libertad nos conceden los dioses: someternos a su dominio por voluntad nuestra. Más vale que así lo hagamos porque solo en la ilusión de la libertad, la libertad existe.
No hay normas. Todos los hombres son excepconales a una regla que no existe.
Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?
Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.
El único misterio del universo es que exista un misterio del universo.