Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por una buena ley.
Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento.
Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna.
Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan.
No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
La religión es el opio del pueblo.
Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo.
El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.
Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado.