Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos.
Comenzar bien no es poco, pero tampoco es mucho.
La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.
En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas.
Si quieres ser ave, vuela, si quieres ser gusano, arrástrate, pero no grites cuando te aplasten
Dos cosas me llenan el corazón con una admiración y una veneración siempre nuevas y siempre crecientes: el cielo estrellado por encima de mí y la ley moral en mi interior.
Como el camino está sembrado de espinas, Dios le ha dado al hombre tres dones: la sonrisa, el sueño y la esperanza.
Actúa de manera que trates a la humanidad tan bien en tu persona como en cualquier otra; siempre y al mismo tiempo como un fin, nunca simplemente como un medio.
Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar.
Ante el sentimiento del deber, enmudecen las más rebeldes pasiones.