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Ningún efecto procedente de la razón puede durar eternamente, porque los deseos de los hombres suelen cambiar según las influencias del cielo.
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No hay mayor dolor que recordar los tiempos felices desde la miseria.
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Sé firme como una torre, cuya cúspide no se doblega jamás al embate de los tiempos.
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Si no se modera tu orgullo, él será tu mayor castigo.
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Vuestra fama es como la flor; que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la acerba tierra.