No es lo que vivimos lo que forja nuestro destino, sino lo que sentimos por lo que vivimos.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. No labra uno su destino; lo soporta.
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino. Que cada ocasión sea una gran ocasión, porque no sabéis cuándo el destino os favorecerá.
La vacuna contra el socialismo es el anarquismo individualista
El amor mas grande que pueda haber es el que yo me doy a mi mismo
El anarquista desea dominar solo una cosa: la voluntad propia
Cuando yo soy, la muerte no es. Y cuando la muerte es, yo ya no soy
El colectivo es la tirania de las masas ignorantes. El individualismo es la libertad del ente racional