Me parecería que la tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a nadie a quien admirar.
El hombre que no puede admirar nada, y que de ordinario no se maravilla de nada prosternándose en muda adoración..., es como unos lentes sin ojos detrás.
Es indicio seguro de mediocridad el alabar siempre moderadamente.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.
Dos cosas me llenan el corazón con una admiración y una veneración siempre nuevas y siempre crecientes: el cielo estrellado por encima de mí y la ley moral en mi interior.
El verdadero amor, el sólido y durable, nace del trato; lo demás es invención de los poetas, de los músicos y demás gente holgazana.
El amor es un arte que nunca se aprende y siempre se sabe.
El dinero lo ganan todos aquellos que, con paciencia y fina observación, van detrás de los que lo pierden.
Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo.
Esa polilla de la voluntad que llamamos lástima