En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.
La mejor manera de aprender a conocerse a sí mismo es intentar comprender a los demás.
La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que aprender.
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
Aprender sin pensar es trabajo perdido; pensar sin aprender es peligroso.
No me siento obligado a creer que un dios que nos ha dotado de inteligencia, sentido común y raciocinio, tuviera como objetivo privarnos de su uso.
Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el Universo.
Digamos que existen dos tipos de mentes poéticas; una apta para inventar fábulas y otra dispuesta a creerlas.
La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo.
Cuando los sentidos nos fallan, la razón debe guiarnos