La sonrisa es el idioma universal de los hombres inteligentes.
Nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Sonreír es muy importante. Si no somos capaces de sonreír, entonces el mundo no tendrá paz. No es mediante manifestaciones en contra de las bombas atómicas que podemos lograr la paz. Es con nuestra capacidad de sonreír, respirar, y la paz que podemos lograr con esa actitud.
Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante.
Para perdonar no hace falta abrazar, ni siquiera saludar. Basta mirar con amor y sonreír. La sonrisa es a veces el mejor abrazo.
Con todas mis ideas y necedades podré fundar muy pronto una sociedad anónima para la difusión de ilusiones hermosas, pero nada fiables.
Un hombre no se siente orgulloso de las alegrías y del placer. En el fondo lo único que da orgullo y alegría al espíritu son los esfuerzos superados con bravura y los sufrimientos soportados con paciencia.
Contra mi corazón desearía, estrechar fuerte lo más espantoso, es la angustia mi anhelo, es el dolor.
Nuestra ansia de felicidad es mucho más hermosa, tierna, importante y apetecible que la felicidad misma.
Desde que me he abandonado al tiempo siento vivir algo en mí, tibia, maravillosa tranquilidad. Desde que bromeo sin parar con los días, con las horas, se acoplan mis quejas. Y he sido aliviado del lastre de mis culpas, que me dañan, a través de una palabra no florecida: tiempo es tiempo, que quiere trasnocharse, que siempre me encuentra como obediente ser humano, a mí, en el viejo sitio.