La sonrisa es el idioma universal de los hombres inteligentes.
Nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Sonreír es muy importante. Si no somos capaces de sonreír, entonces el mundo no tendrá paz. No es mediante manifestaciones en contra de las bombas atómicas que podemos lograr la paz. Es con nuestra capacidad de sonreír, respirar, y la paz que podemos lograr con esa actitud.
Algo absurdo, sí, pero este absurdo tiene una boca preciosa y sonríe.
Para perdonar no hace falta abrazar, ni siquiera saludar. Basta mirar con amor y sonreír. La sonrisa es a veces el mejor abrazo.
Todo el universo visible es un vivero de imágenes y símbolos a los que la imaginación da un puesto y un valor relativos.
Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo.
La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor son elementos esenciales y característicos de la belleza.
Consentir que nos condecoren es reconocer al Estado o al principe el derecho de juzgarnos, ilustrarnos, etc.
Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: El derecho al desorden y el derecho a marcharse.