En este espacio de la duda, he encontrado en muchas ocasiones una especie de emisario del destino que me indica un camino favorable, o también un barquero que lleva desde la ribera de la decadencia a la de la renovación.
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino. Que cada ocasión sea una gran ocasión, porque no sabéis cuándo el destino os favorecerá.