La persona más facil de engañar es uno mismo.
Con las manos cansadas, con las piernas cansadas, a tientas por el mundo, me río de que giren las paredes, mas miento, porque estoy llorando.
El arte de agradar es el arte de engañar.
Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.
El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos engañarán nunca.
No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante.
En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.
Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.