Todo placer languidece cuando no se disfruta en compañía.
Muchas personas se afanan tanto corriendo detrás del placer, que acaban pasando de largo.
El mejor placer de la vida es hacer lo que la gente te dice que no puedes hacer.
El placer es como ciertas sustancias medicinales: para obtener constantemente los mismos efectos, hay que doblar la dosis, y la última conlleva la muerte o el embrutecimiento.
El placer más noble es el júbilo de comprender.
La hermosura es un bien muy frágil.
Para hacerte agradable, debes ante todo olvidarte de ti mismo.
La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.
Todas las cosas humanas penden de un tenue hilo, y lo que estuvo firmemente establecido se derrumba repentinamente.
La casualidad está siempre al acecho. Ten siempre echado el anzuelo; en el remanso menos sospechado puede estar tu pez.