-
El hombre que pretende obrar guiado exclusivamente por la razón está condenado a obrar muy raramente.
-
Vale más hacer la cosa más insignificante del mundo que estar media hora sin hacer nada.
-
Los hombres de acción no tienen vida interior y, por lo mismo, no son desgraciados. Nunca es el acontecimiento exterior contrario lo que hace desgraciados a los hombres, sino el alma en pena que se les mueve dentro, viajera por mares extraños de pensamientos solitarios.
-
Juzgamos las acciones humanas no por lo que son, sino por el disgusto o el placer que nos causan.
-
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello que arrepentirse de no haber hecho nada.