La sonrisa es el idioma universal de los hombres inteligentes.
Nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Sonreír es muy importante. Si no somos capaces de sonreír, entonces el mundo no tendrá paz. No es mediante manifestaciones en contra de las bombas atómicas que podemos lograr la paz. Es con nuestra capacidad de sonreír, respirar, y la paz que podemos lograr con esa actitud.
Algo absurdo, sí, pero este absurdo tiene una boca preciosa y sonríe.
Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante.
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
En el sentimiento del amor existe algo singular capaz de resolver todas las contradicciones de la vida y de dar al hombre aquella felicidad total cuya consecución es el fin de la vida.
Las mujeres saben muy bien que lo que llamamos amor sublime y romántico depende no de sus cualidades morales, sino de la frecuencia de las entrevistas, de su manera de peinarse y del color y corte de sus vestidos.
El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a si mismo.