Muchas maravillas hay en el universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón materno.
La más bella palabra en labios de un hombre es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía.
Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.
¿Cómo no amarte, madre, si me enseñaste a hablar tu lengua? ¿Si soy viento nacido de tu roca?
A una madre se la quiere siempre con igual cariño y a cualquier edad se es niño cuando una madre se muere.
Es tan absurdo pretender que un hombre no puede amar siempre a la misma mujer, como pretender que un buen violinista no puede tocar siempre el mismo instrumento.
La mujer es la reina del mundo y la esclava de un deseo.
Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos.
La elegancia no consiste tanto en el traje como en el modo de llevarlo.
No existen grandes talentos sin gran voluntad.