Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros.
Sólo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.
Amar a la madre de sus hijos es lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos.
Es tan absurdo pretender que un hombre no puede amar siempre a la misma mujer, como pretender que un buen violinista no puede tocar siempre el mismo instrumento.
La mujer es la reina del mundo y la esclava de un deseo.
Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos.
La elegancia no consiste tanto en el traje como en el modo de llevarlo.
No existen grandes talentos sin gran voluntad.