La lectura es una conversación con los hombres más ilustres de los siglos pasados.
La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo.
Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.
Cuando se lee un libro según qué estado de ánimo, sólo se encuentran en él interpretaciones de ese estado.
Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida.
Cada elección tiene su anverso, es decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el acto de renunciar.
Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible.
Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y toda cosa esconda otra.
Cuando los políticos prestan demasiada atención a la literatura es una mala señal, sobre todo para la literatura. Pero también es una mala señal cuando no desean oír ni una palabra de la literatura
En el amor, como en la gula, el placer es una cuestión de máxima precisión