El hombre tiene que estimular el ánimo y el espíritu de la mujer para hacer de las relaciones sexuales algo interesante. El verdadero amante es el hombre que la emociona al tocarle la cabeza, sonreír o mirarla a los ojos.
Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.
Saben bien los amantes instruidos que quiere decir "sí" tres "no" seguidos.
No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados.
Para un amante ya no hay amigos.
Uno de los grandes secretos del trato con los hombres consiste, para los inteligentes, en fingir menos inteligencia de la que tienen, y para los tontos en fingir más. Pero ambas cosas son harto difíciles.
Cada uno tiene su carácter, aunque no lo ejerza.
No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas obtener con toda seguridad. Sitúate sólidamente en el puesto que te corresponde. Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable.
El hombre que a los veinte años no cree en la mujer, no tiene corazón; y el que sigue creyendo en ella a los cuarenta, no tiene entendimiento.
Política es el arte de obtener dinero de los ricos y votos de los pobres con el fin de proteger a los unos y a los otros.