De los males debemos escoger el menor.
Es necesario correr riesgos, seguir ciertos caminos y abandonar otros. Nadie es capaz de elegir sin miedo.
Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección.
Cada elección tiene su anverso, es decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el acto de renunciar.
El que elige mal para sí, elige mal para el prójimo.
Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices.
El ser humano puede soportar una semana de sed, dos semanas de hambre, muchos años sin techo, pero no puede soportar la soledad.
El guerrero de la luz se zambulle sin vacilar en el río de las pasiones que siempre corre por su vida.
No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas.
Lo difícil atrae, lo imposible seduce, lo complicado asusta, lo extremadamente complicado enamora.