A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Pensar es como vivir dos veces.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano.
El hombre más feliz es el que hace felices al mayor número de otros hombres.
El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.
Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.
Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga.
Los errores pasan, sólo la verdad permanece.