Los hombres desaprueban, por lo común, lo que son incapaces de ejecutar.
La diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer, bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo.
Uno no siempre puede hacer lo que quiere... Pero siempre tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.
Empieza haciendo lo necesario, después lo posible, y de repente te encontrarás haciendo lo imposible.
No es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hacemos, lo que convierte la vida en una bendición.
Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa.
En lo pasado está la historia del futuro.
Los Estados, para la diplomacia, no son los pueblos, sino los reyes que los dirigen o los esclavizan.
La compasión es una limosna que el sano debe al enfermo