Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras; el punto G está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
La palabra verdadera no es nada más que la resonancia del silencio.
Examinad bien vuestras palabras y encontrareís que, aun cuando no teneis ningún motivo para ser falsos, es muy dificil decir la verdad exacta.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Una palabra hiere más profundamente que una espada.
Todas las cosas adquieren importancia para mi en cuanto me doy cuenta de que existen.
La mejor manera de aprender a conocerse a sí mismo es intentar comprender a los demás.
El secreto de mi felicidad está en no esforzarse por el placer, sino en encontrar el placer en el esfuerzo.
La satisfacción es la única señal de la sinceridad del placer.
Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida sólo se consigue arriesgando a veces lo que más se ama.