Los intereses particulares hacen olvidar fácilmente los públicos.
No hay más alianzas que las que trazan los intereses.
No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse.
Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros.
El interés es la rueda principal de la máquina del mundo.
Lo que acostumbramos a llamar instituciones necesarias, muchas veces son instituciones a las que nos hemos acostumbrado.
En una revolución, como en una novela, la parte más dificil de inventar es el final.
Hay que acostumbrarse a vivir con los enemigos, ya que no a todos podemos hacerles nuestros amigos.