No escuchar al que nos habla, no sólo es falta de cortesía, sino también menosprecio. Atiende siempre al que te hable; en el trato social nada hay tan productivo como la limosna de la atención.
Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa.
Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento.
Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.
Algunos oyen con las orejas, algunos con el estómago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto.
Estimule a sus colaboradores y tendrá participación en la compañía
Si usted no confía en sus ayudantes y no deja que sepan lo que está ocurriendo, ellos sentirán que usted no los considera realmente como socios
Divida las ganancias con sus colaboradores, y trátelos como socios. Ellos también lo tratarán como socio, y juntos tendrán un desempeño muy superior a las expectativas
Comunique todo lo que fuese posible a sus colaboradores. Cuanto más sepan ellos, más comprenderán. Cuanto más comprendan, más se interesarán. Cuanto más se interesen… no van a parar
Las expectativas altas son la llave para alcanzarlo todo