No es lo que vivimos lo que forja nuestro destino, sino lo que sentimos por lo que vivimos.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. No labra uno su destino; lo soporta.
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino. Que cada ocasión sea una gran ocasión, porque no sabéis cuándo el destino os favorecerá.
Es imposible hablar de tal manera que no se pueda ser malinterpretado
El marxismo murió de marxismo
Hay que estar contra lo ya pensado, contra la tradición, de la que no se puede prescindir, pero en la que no se puede confiar
Tenemos que hacer planes para la libertad, y no sólo para la seguridad, por la única razón de que sólo la libertad puede hacer segura la seguridad
Por lo tanto, debemos reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes