De los males debemos escoger el menor.
Es necesario correr riesgos, seguir ciertos caminos y abandonar otros. Nadie es capaz de elegir sin miedo.
Cada elección tiene su anverso, es decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el acto de renunciar.
No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.
El que elige mal para sí, elige mal para el prójimo.
El arte de ser sabio es el arte de reconocer lo que debemos pasar por alto.
El hábito es el enorme volante de inercia que mueve a la sociedad, su más valioso agente de conservación.
No hay mayor mentira que la verdad mal entendida.
El pesimismo conduce a la debilidad; el optimismo al poder.
El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado.